Estimada compañera, estimado compañero:
En primer lugar deseo que tanto tú como tus personas allegadas os encontréis bien de salud. España está atravesando una emergencia sanitaria sin precedentes, cientos de miles de trabajadores/as en situación de desempleo o afectados por expedientes de regulación. Nunca nos habíamos visto en una así; y nos tenemos que unir para superar cuanto antes esta situación, respetando estrictamente las normas que nos trasladen las autoridades sanitarias.
En estos momentos es cuando se demuestra la solidez de las sociedades, los países, las personas y también las organizaciones. CCOO es consciente de la necesidad que millones de trabajadoras y trabajadores tienen en este momento de nuestro sindicato. Empezando por su afiliación, que es la verdadera sangre del nuestras Comisiones Obreras.
Estamos en una situación en la que es imposible la atención sindical ordinaria: restricciones a la movilidad, empresas cerradas… Pero CCOO está ahí y va a estar ahí. En cualquier circunstancia.
Llevamos varios días preparando un importante dispositivo para la continuidad de la actividad sindical. Son cientos de compañeros y compañeras los que van a estar detrás de un teléfono, de una cuenta de correo electrónico o de un sistema de mensajería para asesorar en las miles de consultas que están llegando desde que comenzó esta crisis.
Estamos en centenares de secciones sindicales, respondiendo a las necesidades de la clase trabajadora. Ya hoy son incontables los compañeros y compañeras que están dando lo mejor de sí en negociaciones de ERTEs, asesoramiento ante despidos, comprobación en los centros de trabajo de las medidas de salud laboral e higiene que marcan las leyes y las autoridades sanitarias, o solicitando la presencia de la autoridad laboral e incluso la policía para interrumpir la actividad donde no se den condiciones de seguridad.
El sindicato sigue firme en su acción reivindicativa. En estos momentos la prioridad de nuestro país solo puede ser contener la epidemia del COVID19. Salvar vidas y evitar el colapso de nuestro sistema de sanidad.Pero a continuación, la prioridad debe ser un plan de emergencia socialfrente a la crisis económica y social consecuencia de las medidas -necesarias- para contener la pandemia del coronavirus.
Hay que salvar el empleo. Esta puede ser una crisis muy profunda pero corta en el tiempo si se hacen las cosas bien. Y es necesario evitar despidos. Hemos conseguido un paquete de medidas puesto en marcha por el Gobierno para facilitar que las empresas no despidan y opten por suspensiones de jornada mientras dure la crisis. En ese paquete se logra que tengan garantizado el acceso a la prestación de desempleo también las personas trabajadoras más vulnerables y que no tenían los periodos de cotización suficientes, así como los fijos discontinuos. Y que cuando concluya la crisis y los ERTE, se os reconozcan de nuevo los derechos de prestación de desempleo, como si no se hubieran consumido. En esta situación estarán en las próximas semanas, esperemos que como mucho en los próximos dos o tres meses, centenares de miles de personas en nuestro país.
Pero ese plan de emergencia social tiene que tener mucho más recorrido. Hay que tomar medidas de exoneración o aplazamiento en el pago de alquileres e hipotecas de quienes se vean afectados gravemente por esta crisis, así como sobre consumos básicos de las personas sin recursos. Hay que garantizar el acceso a rentas a personas que, pese a todo, hayan sido despedidos como está ocurriendo ya. Hay que tratar de que las empresas complementen las prestaciones ya que muchas de ellas pueden hacerlo y, además, parte de lo que no están vendiendo ahora lo podrán vender después. El Gobierno y el Estado van a tener que hacer un gran esfuerzo, pero las empresas y las entidades financieras también deben contribuir.
Es momento de corresponsabilidad -como hemos demostrado pactando algunas de esas medidas con las organizaciones empresariales- y tenemos que conseguir que los efectos de esta crisis no recaigan como siempre en la gente trabajadora y más vulnerable. Toca remar en la misma dirección.
Quiero terminar haciendo un reconocimiento a las trabajadoras y trabajadores que sostienen España. Empezando por los profesionales sanitarios. Con una mención especial a nuestra sanidad pública. Pero también a tantas personas anónimas que trabajan en el sector agroalimentario para que no tengamos ningún problema de abastecimiento; a las mujeres de la atención a domicilio sin las que muchas personas dependientes hoy no tendrían ninguna atención; a las personas que están en las cajas de los supermercados o reponiendo sus estanterías. Algunas de estas personas me contaban estos días a través de la redes sociales su dedicación laboral y sindical. En las circunstancias más difíciles casi hacían dobles jornadas para atender a sus compañeras y compañeros. Os aseguro que nuestra gente llega a emocionar de lo honesta que es.
Pongo estos colectivos como ejemplo, pero me refiero a todas y a todos. Como dejó escrito Antonio Machado: “En España lo mejor es el pueblo. Siempre ha sido lo mismo” Y en efecto es en estos trances duros cuando el pueblo, su clase trabajadora, sus sindicatos y sus instituciones vamos a que sacar el país adelante. Un abrazo fraternal.