Esta semana ha estado marcada por la propuesta de CONFEBASK de un modelo de relaciones laborales que llaman «nuevo», basado en la participación y la transparencia. El jueves, en una asamblea en Iurreta, preguntando a los delegads@s de la zona (había 90), a cuántos les facilita la empresa datos económicos fiables sobre la marcha de la misma, me contestaron con una sonora carcajada…
Sustituir la «soka-tira» por la «trainera» y remar todos en la misma dirección, decían el otro día responsables empresariales. En la misma dirección iba el Titanic cuando golpeó con un iceberg. Y allí la clase business se amarró a los botes, y la tercera clase se vio atrapada en los camarotes interiores. El conflicto es inherente a las relaciones laborales y económicas. ¿Se puede canalizar de forma más adecuada que actualmente? Seguro que si. Partiendo de la realidad actual, de la negociación y los convenios colectivos existentes. Una buena piedra de toque serían los planes de prevención y la vigilancia de la salud en las empresas. No sería mala cosa que en vez del «estandar cortar y pegar», tuviéramos auténtica participación para esas actuaciones preventivas.
Y mañana concluimos con una manifestación pidiendo una auténtica política industrial. En Euskadi hay un montón de antenas y focos de decisión sobre sectores, empresas, inversiones… Clusters, relaciones bilaterales Gobierno-empresas. Transparencia? Participación? Agentes sociales? Ah, que ahí no… vaya. Y qué opina Confebask? Y el Gobierno?